“Terminé El Vampiro en enero de 1910”, escribe Froylán Turcios en sus Memorias. “Fue en la casa de doña Trina Vijil de Dávila, hoy residencia del doctor Castillo Barahona, en el último cuarto que da a un estrecho callejón”.
Nueve meses más tarde, la pequeña novela, en la que dos adolescentes, Rogerio y Luz, viven una intensa historia de amor, bajo la aterradora y morbosa mirada del padre Félix, llegó a manos del público.
“Turcios era un maestro del lenguaje. Aplaudo la iniciativa de Colección Erandique de publicar El Vampiro, una obra que ha estado completamente en el olvido”, señala el poeta José González, Premio Nacional de Literatura 2008.
Esta edición contiene, además, una recopilación de algunos de los cuentos de amor y de muerte del gran escritor modernista.