DIARIO LA PAZ DE 1881: ESTUDIO PRELIMINAR CARRETERA AL SUR
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Hace 43 años empezó el sueño de construir la carretera de Tegucigalpa al Sur
Nos damos el placer de publicar en el presente número de La Paz el informe sobre el estudio preliminar de la carretera al Sur. El injeniero señor Móller se ocupa en estos momentos de rectificar los estudios tomando notas minuciosas de los niveles i rumbos para enseguida formar el plan i perfil correspondiente.
A la simple lectura del Informe del injeniero Señor Móller, i como casi todos ó casi todas conocemos la vía, se comprenden, sin mayor esfuerzo, las facilidades, las grandes facilidades que presenta la carretera al Sur, para su pronta i barata construcción.
Todas las grandes cuestas del actual camino de herradura quedan orilladas: el trazo casi podemos decir que es relativamente plano, i que va en derechura, con insignificantes desviaciones, a la hermosa bahía de San Lorenzo, donde debe terminar la carretera.
Mas de una vez nosotros mismos, i como nosotros suponemos que muchos fatigados viandantes, desde las eminencias de Sabanagrande i de la Venta, al contemplar la parte accidental i a tan corta distancia, casi bajo las dilatadas planicies sembrada de platanares i maizales, con sus bonitas i pintorescas casas rústicas, nos hemos preguntado, ¿por qué nuestros antepasados echarían el camino por lo más encrespado i fragoso de los cerros, dejando á la mano esa línea no interrumpida de planicies i sabanas?
Pues en esto como, en la formación de nuestras poblaciones, ha decidido la casualidad: el estudio, la ciencia, han entrada mui poco: por donde pasó el primero aboríjene buscando la mar, por allí se ha continuado viajando, sin preocuparse nadie de una más fácil i practicable camino. Nuestros trabajos itinerarios se han reducido siempre siguiendo siempre la trillada y rutinaria senda. Hasta en materia de caminos, la rutina nos domina con soberano imperio á los americanos españoles.
Hoi, con el Informe del ingeniero señor Móller, más con el croquis provisional que nosotros hemos tenido ocasión de examinar, cualquiera se convencer que faldeando las grandes cuestas de Sabanagrande i la Venta, no hai trabajo serio, i menos dificultades de injeniería, para que la tan deseada carretera al Sur, llegué a ser un hecho cumplido.
Jeneralmente se ha creído, más por instinto que por ciencia, desde el obispo Flores acá, que la carretera al Sur podía abrirse, ya no digamos con los recursos del Gobierno, pero con el trabajo de pueblos, que están sobre el camino, i algún auxilio del comercio i de la autoridad.
Hoi los estudios del ingeniero señor Móller han venido á confirmar con creces todas las facilidades entrevistas: hoi la ciencia se ha encargado de reducir á las líneas i números, a verdad matemática, las halagüeñas conjeturas del patriotismo i la buen voluntad.
Dadas las facilidades i la indiscutible conveniencia de la carretera, la cuestión es simplemente de recursos, como hemos dicho otra vea. Para una empresa que importa la mayor revolución económica de que sean capaces estos departamentos; para una empresa que importa el adelanto positivo de nuestra industria minera i agrícola: para una empresa que dará rápido vuelo a nuestro comercio decadente i rutinario, no hai medio que no deba emplearse, no hai impuesto o recurso que no sea equitativo, cuando se trata de sacar á estos pueblos del marasmo i de la inercia casi colonial en que yacen.
Desengañémonos: sin la carretera al Sur, el progreso sólido i creciente de estos departamentos es poco ménos que imposible. ¿Qué ramo de industria puede implantarse, qué empresa séria i reproductiva puede acometerse cuando no hai más vehículo que el lomo de la mula? Pueblos sin caminos es un pueblo perdido para la civilización.
Honduras con sus actuales veredas, no hai poder humano que baste á levantarlo: seguirá siempre vida estacionaria i miserable, i sus progresos serán como juguetes de niños quebradizos, efímeros, microscópicos.
Sería demás insistir, hablando para un público intelijente que ve i toca las conveniencias i la necesidad de la carretera, i que puede calcular todos sus grandes i benéficos resultados, en demostraciones i pruebas sobre un asunto harto demostrado i probado. Si hoi apareciese la carretera al Sur, construida como por ensalmo, sin costo alguno i sin sacrificios, ¿cómo no batiríamos palmas i tributaríamos aplausos i reconocimiento á la providente casualidad?
Pero la casualidad no hace caminos, ni hace nada útil i perseverante Los pueblos, hoi como ayer, como en todas las épocas de la historia, lo deben, lo han debido todo al esfuerzo de su brazo, á la enerjía de su voluntad.
Si nosotros no nos empeñamos resuelta i decididamente en abrir nuestra carretera al Sur, ¿quién se tomará trabajo i molestia por ello?
Toda mejora, todo progreso, importa sacrificios; no hai sacrificio que no deba hacerse para alcanzar la mayor de nuestras mejoras, i el más trascendental i seguro de nuestros progreso, la carretera al Sur. Por supuesto que esos sacrificios, si tal nombre mereciesen, deben ser proporcionados á la obra do que se trata: esa obra según todos los datos, según todes los cálculos, está en la esfera racional de nuestras facultades.
Hoi que la paz se encuentra asegurada, hoi que por todas partes se respira seguridad i confianza, hoi que bajo tales auspicios el espíritu de empresa nace i el comercio i nuestras industrias se desarrollan, hoi en fin, que se encuentra al frente de los destinos del país un Gobierno intelijente[1] i enérjico, ocasión propicia es de que acometamos la mayor i más fecunda de nuestras empresas; empresas que dará vida, movimiento, riqueza, positivo i durable bienestar a los pueblos de estos Departamentos, i que sin duda alguna se cifra todo nuestro porvenir.
Talvez nos hagamos ilusiones, pero entendemos que el Gobierno para la apertura de la carretera al Sur, puede contar con la cooperación de todos, mui especialmente con la cooperación del comercio que es el inmediatamente beneficiado. Por lo que hace al pueblo, siempre noble, grande i jeneroso, estamos seguros que responderá satisfactoriamente á la iniciativa progresista de Gobierno.
Concluimos, ofreciendo volver á ocuparnos de la carretera al Sur, en los números siguientes (FIN).
[1] Se ha respetado el artículo original con la forma de escribir de esa época.
